UCV: EL ‘RICORSO’ COMO PROBLEMA POR JOSÉ RAFAEL HERRERA Publicado por eluniversitario el Sábado, julio 7, 2012 · 0 Comments

13.08.2012 16:50

 

UCV: EL ‘RICORSO’ COMO PROBLEMA POR JOSÉ RAFAEL HERRERA

 

Según Vico, las sociedades, a lo largo de su proceso de formación y bajo ciertas circunstancias, sufren, algunas veces, momentos de avance civilizatorio y, otras veces, momentos de ‘crisis orgánicas’, que las hacen retroceder a condiciones propias de la barbarie y el salvajismo. Los primeros son denominados por el gran filósofo de la historia como i corsi (los “cursos” o la trayectoria de avance y progreso político, social y cultural en general); a los segundos, en cambio, los denomina i ricorsi (los “re-cursos” o “re-corridos”, que sugieren la idea de sociedades que vuelven a cursar caminos que ya se habían transitado y que se suponía que ya habían sido superados para siempre. La historia universal de las naciones presenta esta peculiar característica: avanza y retrocede.

Claro que estos procesos (corso e ricorso) nunca llegan a repetirse de forma idéntica. La historia no es circular ni es macánica. No hay en Vico ni ‘eterno retorno’ ni ‘fin de la historia’. La común naturaleza de las naciones, a la que Vico denomina Storia, es un inmenso espiral de momentos “paralelos pero no sincrónicos”, que constituye el nervio vital de su “immer wieder”, de su ‘ideal y eterno’ otra vez. En consecuencia, cada nuevo corso amerita ricorsare momentos anteriores en un largo periplo que conduce, objetivamente, a la superación o regresión de la sociedad. Así, nunca regresa al certum pero siempre se regresa al verum. Nunca: porque cada momento de la historia, como ya se ha mencionado, es irrepetible, inédito. Siempre: porque el nuevo curso de un determinado período sólo puede manifestarse retrotrayendo (re-produciendo) los períodos que la preceden. En ese trance, lo nuevo y lo viejo luchan sin tregua por imponer sus respectivos criterios objetivos. Pero la libre voluntad del sujeto tiene un papel decisivo. Se hace lo que se conoce. Los hombres conocen la historia precisamente porque han sido capaces de hacerla: verum et factum convertuntur.

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Venezuela parece aproximarse a una nueva etapa de su historia, a un original y, quizá inédito, momento de su ser social. Se decide su permanencia o su salida de un período signado por el barbarismo y la arbitrariedad autocrática. La Universidad Central de Venezuela no sólo no es ajena a este escenario sino que le es consustancial, sobre todo si se toma en cuenta que hablar de la historia de Venezuela es, necesariamente, hablar de su más antigua institución académica. Y, de hecho, se puede afirmar que, con sus méritos y sus defectos, la UCV resume y refleja, en buena medida, el espíritu de la Nación.

En tal sentido, la UCV ha transitado por las diversas edades del espíritu del país. Ha sufrido el imperio de la ‘teología filosofante’ durante la época colonial; ha soportado, no sin mordaza y paciencia, la espada y la bota de los dictadores, convertidos en héroes durante buena parte de la construcción del Estado-Nación; ha propiciado, unas veces, la creación de una Bildung positivista -sustentada en el supuesto de una historia evolutiva y sin sujeto- y, otras veces, la de un “socialismo” pimitivo y fundamentalista, ajeno a Marx aunque en su nombre, durante el siglo XX y lo que va de XXI, en medio de esta gris etapa de nuestra historia, a la que Vico no dudaría en designar de barbarie ritornata.

Es verdad que no se trata de la primera vez que el país va por un lado y la UCV por otro. Pero si bajo las actuales circunstancias el país vive un período de ricorso de su ser social, no menos cierto es que la UCV se encuentra en un período de trance, que bien pudiese conducirla a un momento de ricorso de autoconciencia. Una nación materialmente empobrecida parece hayar reflejo en una universidad que corre el riesgo de sumergirse en la pobreza, no sólo material sino, lo que es peor aún, espiritual. Prisionera de sus propios presupuestos, sus ideas y valores tienen, hoy más que nunca, que ser repensados y redimensionados, deslastrándose de conceptos, consignas e ‘ismos’ que hoy carecen de vigencia y significado. Enfrentar el ricorso de la barbarie sólo puede ser el resultado de la acción del pensamiento libre, creador, auónomo y plural, capaz de propiciar la comprensión del ‘aquí y ahora’, sin los prejuicios de los ya anacrónicos ‘planes estratégicos’ y de las metodologías sustitutivas del pensamiento.

La tarea no parece ser sencilla: fórmulas, etiquetas y metodologías que devienen Ley positiva; investigaciones que concentran su pulcritud más en las formas (y los formularios) que en los contenidos; el populismo desbordado y sin reparo; el deterioro y la anomia; la violencia propiciada desde afuera y su complicidad desde adentro: en fin, síntomas. El Studio es un elemento vacío si carece de contenido real, de experiencia y concreción, de interés y pasión. El gran problema de la Venezuela del presente es, sin duda, su pobreza orgánica, es decir, tanto material como espiritual. La UCV tiene el compromiso de abordarla, de investigar sus causas y exponerlas, intra y extra muros, en las once direcciones de que son capaces sus Facultades, a fin de comprenderla y superarla.

Abordar la pobreza como tema y problema significa, para la UCV, reaccionar frente a la crisis de fundamentos, renovarse, colocarse a la altura de los tiempos, venciendo, así, no sólo la barbarie que ha terminado por corromper el corpus nacional, sino que además amenaza con apoderarse de la propia UCV, haciendo del ricorso costumbre. Sin duda, algo más que un problema.

José Rafael Herrera
Twitter @jrherreraucv
Doctor en Ciencias Políticas
Profesor Titular UCV
Escuela de Filosofía
www.estudioshegelianos.org